Proyecto busca asegurar lugares de descanso para las aves que vuelan entre Alaska y Tierra del Fuego

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Contempla el trabajo con nueve países americanos que son cruciales en estas rutas migratorias. En Chile se busca instalar de 10 a 20 áreas protegidas en los próximos cinco años.

Una estrategia para proteger las aves migratorias requiere del esfuerzo conjunto de varios países. Esto, porque ellas recorren distancias enormes —algunas desde Alaska hasta la zona más austral de Chile—, por lo que se requiere de sitios protegidos en las distintas ‘escalas’ de su largo periplo.

Así lo explica el colombiano Aurelio Ramos, uno de los principales líderes mundiales en protección de aves y vicepresidente senior de Audubon Américas, organización con una historia de más de 120 años dedicada a la conservación de aves. ‘Nos preocupamos del ciclo de vida completo de las aves. Las poblaciones de aves —tanto migratorias como las residentes— están teniendo caídas fruto de la crisis ambiental y la pérdida de sus hábitats’, dice Ramos, quien agrega que ellas ‘son indicadores de la salud de los ecosistemas del planeta’.

En Chile, trabajan desde hace 20 años con proyectos focalizados en la zona de Chiloé, y hace cinco años ampliaron la mirada territorial buscando otros sitios del país que son importantes para la conservación de las aves.

Audubon seleccionó a los países considerados clave —entre ellos Chile, Colombia, México y Panamá— para comenzar proyectos con resultados en cinco años.

Ya han realizado algunas colaboraciones. ‘Ayudamos al Ministerio de Medio Ambiente en la creación de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves. Y nos aliamos con ellos en un proyecto muy importante para la conservación de los humedales costeros, que son donde muchas de estas aves migratorias vienen o están de paso’, destaca Ramos.

Dentro de las iniciativas que Audubon comienza a realizar en Chile está ‘Conserva Aves’ (en conjunto con Birdlife, American Bird Conservancy y RedLac), un programa en nueve países de América, a lo largo de la ruta migratorias de las aves y cuya finalidad es la creación y fortalecimiento de las áreas protegidas subnacionales, es decir, aquellas que dependen, por ejemplo, de municipios o privados.

Sus metas son ambiciosas: contar con 80 nuevas áreas protegidas que cubrirían dos millones de hectáreas y mejorar la gestión de dos millones de hectáreas existentes.

Para ello, se apoya con recursos económicos durante los primeros tres a cuatro años que buscan la consolidación de esas áreas. Estos recursos ayudan a los estudios legales para la declaración de área protegida o la generación de un plan de negocio para su sustentabilidad en el tiempo.

La meta en Chile, detalla Ramos, es concretar entre 10 a 20 áreas protegidas nuevas, con tamaños entre 5 mil y 10 mil hectáreas cada una.

Apoyo al aviturismo

El aviturismo es una actividad económica cada vez más relevante. El 63,2% de los extranjeros que visitaron el país el año pasado, lo hicieron por su naturaleza, paisaje, flora y fauna, según datos de la Subsecretaría de Turismo. Y, según un estudio de Audobon, el observador de aves realiza un gasto 5 a 10 veces mayor al de un turista promedio.

Dentro de las iniciativas que Audubon está concretando en Chile está la capacitación de guías de aviturismo, iniciativa en que se aliaron con el Centro Internacional Cabo de Hornos para Estudios de Cambio Global y Conservación Biocultural (CHIC).

Para ello se usará el currículum de Audubon para la formación de guías de aves en la carrera de Turismo de Conservación Biocultural que es dictada por la U. de Magallanes en conjunto con el CHIC. ‘Esperamos capacitar a 30 guías de aves, además de apoyar 20 emprendimientos turísticos a los que les proporcionaremos herramientas para que incorporen el aviturismo dentro de sus modelos de negocios’, agrega Ramos.

El convenio entre Audubon y CHIC busca, además, potenciar el monitoreo de aves, la investigación científica y la conservación de especies migratorias como el playero ártico, el zarapito de pico recto y el chorlo de Magallanes.

El convenio también ‘permitirá nuevas comparaciones sobre migraciones de aves en zonas subpolares de los hemisferios norte y sur, y su aplicación en programas de conservación y educación en la Región de Magallanes y Antártica Chilena’, dice Ricardo Rozzi, director del CHIC.

La delegación de Audubon estuvo cinco días en el país concretando otras iniciativas como un acuerdo con la Fundación Cosmos, que administra el Parque Humedal del Río Maipo, hogar de más de 180 especies de aves y un punto crucial para las migratorias. En concreto, se planificó la instalación del Bird Migration Explorer Viewer, un panel explicativo que destacará la importancia hemisférica del sitio en las rutas de vuelo de aves como el pitotoy, zarapito de pico recto y gaviota de Franklin, que anualmente recorren miles de kilómetros en su vuelo de Alaska a Chile.

‘Chile tiene una importancia crítica. Muchas de las especies con las que trabajamos aquí son las que buscamos proteger también en EE.UU. Queremos compartir estrategias y técnicas para aprender unos de otros’, dijo Amy Sobel, vicepresidenta de Flyways (Rutas Migratorias) en National Audubon Society, quien formó parte de la delegación.